O̩DE̩ Odé es el Dios cazador, señor de la floresta y de todos los
seres que en ella habitan, Orixá de la abundancia y de la riqueza.
Odé es el rey y señor de Ketu y él recibe los títulos de Alaketu, Rey, Señor de Ketu y Onilé, el dueño de la tierra, pues, en Africa, cabía al cazador descubrir el lugar ideal para instalar una aldea, tornándose así en el primer ocupante del lugar, con autoridad sobre los futuros habitantes. Es también llamado Olúaiyé u Oni Aráaiyé, señor de la humanidad, que garantiza la abundancia a sus descendientes.
En la historia de la humanidad, Odé cumple un papel civilizador importante, pues en la condición de cazador representa las formas más arcaicas de sobrevivencia humana, la propia búsqueda incesante del hombre por mecanismos que le posibiliten sobresalir en el espacio de la naturaleza e imponer su marca en el mundo desconocido.
La colecta y la caza son formas primitivas de búsqueda de alimentos, son los dominios de Odé, Orixá que representa aquello que es más antiguo en la humanidad, la lucha por la sobrevivencia. Odé es el Orixá de la abundancia y la alimentación, aquel que aprende a dominar los peligros de la selva y sale en búsqueda de la caza para alimentar a su tribu. Más que eso, Odé representa el dominio de la cultura sobre la naturaleza, viendo a la floresta como un utensilio cultural que adquiere significados sociales, mágicos y religiosos.
Odé es el rey y señor de Ketu y él recibe los títulos de Alaketu, Rey, Señor de Ketu y Onilé, el dueño de la tierra, pues, en Africa, cabía al cazador descubrir el lugar ideal para instalar una aldea, tornándose así en el primer ocupante del lugar, con autoridad sobre los futuros habitantes. Es también llamado Olúaiyé u Oni Aráaiyé, señor de la humanidad, que garantiza la abundancia a sus descendientes.
En la historia de la humanidad, Odé cumple un papel civilizador importante, pues en la condición de cazador representa las formas más arcaicas de sobrevivencia humana, la propia búsqueda incesante del hombre por mecanismos que le posibiliten sobresalir en el espacio de la naturaleza e imponer su marca en el mundo desconocido.
La colecta y la caza son formas primitivas de búsqueda de alimentos, son los dominios de Odé, Orixá que representa aquello que es más antiguo en la humanidad, la lucha por la sobrevivencia. Odé es el Orixá de la abundancia y la alimentación, aquel que aprende a dominar los peligros de la selva y sale en búsqueda de la caza para alimentar a su tribu. Más que eso, Odé representa el dominio de la cultura sobre la naturaleza, viendo a la floresta como un utensilio cultural que adquiere significados sociales, mágicos y religiosos.
Nota: Traducción libre de extractos del libro Òrìs̩à Uma História - José Roberto Gaudenzi