Traducción libre del Artículo publicado en el periódico "A Tarde" por Maria Stella de Azevedo Santos - Mae Stella de Oxosse, Iyalorixá del Ilê Axé Opô Afonjá.
Este artículo posee un objetivo esclarecedor. Intentaré hacer comprensible este asunto que surge siempre a principios de año. La prensa hace reportajes, las personas se indagan las unas a las otras o se preguntan a sí mismas sobre el Orixá que influenciará el nuevo año que comienza. Hacen eso en la tentativa de adivinar lo que es preciso ser DIVINADO.
Adivinar es hacer conjeturas sobre un tema usando la intuición, lo que todo ser humano puede hacer. Divinar, sin embargo, es entrar en comunicación con lo sagrado, a través de rituales guiados por sacerdotes. Está claro que todo ser vivo, por poseer una parcela divina, es capaz de conectarse con los dioses. Pero la utilización de oráculos, los cuales suministran informaciones más precisas sobre el destino de la comunidad, requiere una preparación especial y un estilo de vida que propicia a la intuición, inherente a todos, para presentarse de manera mucha más clara. La intuición se transforma aquí en revelación: cuando los velos que encubren los misterios son retirados por los dioses, a fin de que nuestra jornada transcurra de forma orientada y, así, podamos cumplir con la tarea que nos fue legada con el mínimo de percances posibles, lo que hace la vida mucho más leve.
Los lectores acostumbrados con los artículos que escribo se podrán extrañar de la formalidad de este texto. Es que “hay tiempo para todo”: para contar anécdotas, hablar de poesías, reflexionar sobre la vida… Pero este tema pide seriedad! Hago esto porque creo que la prensa es el medio ideal para esclarecer asuntos, que no son mejor comentados únicamente por falta de oportunidad y conocimiento. Teniendo ahora esta oportunidad que me es dada por el periódico A TARDE no quiero desperdiciarla. Aún teniendo la conciencia de que nada se modifica de un día para el otro, aprovecharé el momento para intentar hacer que la población comprenda mejor las respuestas del oráculo traído por los africanos para el Brasil, esperando que las semillas aquí jugadas puedan un día florecer y dar buenos frutos.
La pregunta correcta no es cuál es el Orixá que rige el año, y sí es cuál es el Orixá que rige el año para aquellas personas que adoran estas divindades y están vinculadas a la comunidad donde el Juego de Búzios fue utilizado. Si esto no es bien esclarecido y, consecuentemente, bien comprendido, pareciera que todos los sacerdotes yerran en sus respuestas, cuando una Iyalorixá dice que el Orixá del año es Yemanjá, mientras otra dice que es Oxum, o un Babalorixá dice que es Oxossi. Aún corriendo el riesgo del texto quede fastidioso, insistiré en algunos puntos a fin de dilucidarlos mejor. En nuestro Terreiro, el Ilê Axé Opo Afonjá, el regente del año 2012 es Xangô. La referida divindad, que se reveló en el Juego hecho por mí, no está comandando el mundo entero, ni aún Brasil o la Bahia. Esta ºdivinidad es guía de las personas que, de una manera u otra (más profunda – como es el caso de los iniciados; o más superficial – como los devotos que frecuentan la “casa”), están vinculadas a mí como Iyalorixá, o al Terreiro en cuestión.
El lector, delante de esa explicación, podrá quedar confuso y sentir necesidad de preguntar: “Y yo, que no cultúo Orixás y no tengo relación con el Candomblé, no seré orientado ni protegido por ninguna divindad?”. La respuesta es: Claro que sí! Por aquella que usted adora o cree. Un católico, o un protestante, será guiado por las enseñanzas de Jesús; un budista, por las sabias orientaciones de Buda… Otra pregunta aún podrá surgir: “Y en cuánto a la personas que no son religiosas, ellas quedarán a la deriva?”. No, claro que no. Ellas serán guiadas y orientadas por la naturaleza, que es la presencia concreta del Dios abstracto. Sus instintos, protegidos por sus cabezas y corazones, conducirán sus vidas de modo que sus pasos sigan siempre en la dirección correcta.
Que Xangó – divindad de la elocuencia, de la estrategia, del fuego que produce el movimiento necesario para todo tipo de prosperidad – pueda recibir, de mis hijos espirituales, cultos suficientes para que, fortalecido, pueda hacerlos a su vez más fuertes para enfrentar el mal tiempo que todo año trae consigo. Gracias Año Viejo por las experiencias traspasadas al Año Nuevo.